Criando en tiempos de redes sociales: Consejos prácticos para padres
- JOSE ANGEL BILBAO SUSTACHA
- 24 ene
- 3 Min. de lectura

Hace poco tuve la oportunidad de leer el libro Sin Relato, de la psicoanalista Lola López Mondéjar, y fue una experiencia realmente enriquecedora. Me hizo reflexionar profundamente sobre cómo la tecnología está transformando la manera en que nuestros hijos construyen su identidad y viven sus experiencias. Este libro aborda de manera clara y accesible el concepto de la "individualidad sin sujeto", una idea que me pareció especialmente relevante para comprender los desafíos que enfrentan nuestros niños y adolescentes en un mundo dominado por las pantallas.
El impacto de la tecnología en la identidad de nuestros hijos
Sobrecarga de información
Nuestros hijos están expuestos a una cantidad abrumadora de información desde muy pequeños. Juegos, aplicaciones y redes sociales inundan sus vidas con estímulos constantes, dificultando que tengan tiempo para procesar y reflexionar sobre sus propias experiencias. Esta saturación los hace vivir a un ritmo acelerado, impidiendo que formen una identidad coherente y profunda.
La presión de la imagen perfecta
Las redes sociales han creado un mundo donde los adolescentes sienten la presión de mostrar una vida perfecta. Este enfoque en la apariencia y la aprobación externa fomenta una identidad construida en función de las expectativas de los demás, en lugar de en sus propios deseos y valores. La constante comparación con los demás puede erosionar su autoestima y su capacidad para ser auténticos.
Dependencia tecnológica
La dependencia de la tecnología para la recreación, la interacción social y el aprendizaje puede reducir la capacidad de los jóvenes para formar conexiones significativas en el mundo real. Las interacciones en línea, que a menudo carecen de profundidad emocional, erosionan la autenticidad de sus experiencias y sentimientos.
Individualidad sin sujeto: La pérdida de la narrativa personal

Cuando López Mondéjar habla de la "individualidad sin sujeto", se refiere a una identidad superficial y desconectada de la introspección interna. En los jóvenes, esto se refleja en varios comportamientos:
Fragmentación de la identidad: Los adolescentes a menudo presentan versiones de sí mismos adaptadas a diferentes contextos sociales. En las redes sociales, crean perfiles cuidadosamente editados que no reflejan necesariamente sus verdaderas identidades, lo que genera una desconexión entre sus experiencias reales y sus presentaciones públicas.
Déficit de relato personal: La velocidad del consumo de información y la constante distracción digital impiden que los jóvenes desarrollen una narrativa interna coherente. Sin tiempo para la introspección y la reflexión, sus experiencias no se integran en una historia propia, llevando a una identidad vacía y sin dirección.
Comparación social: Las plataformas digitales fomentan una constante comparación social. Los adolescentes miden su valor y éxito en relación con las vidas aparentemente perfectas de otros usuarios, lo cual puede derivar en baja autoestima y falta de satisfacción personal.
Consecuencias a largo plazo
Las consecuencias de estos fenómenos en la vida de niños y adolescentes pueden ser profundas y duraderas:
Problemas de salud mental: La desconexión emocional y la falta de una narrativa personal coherente pueden contribuir a una mayor incidencia de problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión.
Relaciones superficiales: La incapacidad de formar conexiones emocionales significativas puede llevar a relaciones interpersonales que no satisfacen las necesidades afectivas de los jóvenes.
Crisis de identidad: La falta de una identidad fuerte y coherente puede llevar a los adolescentes a sentirse perdidos y desconectados de sí mismos.
¿Qué podemos hacer como padres?
Para ayudar a nuestros hijos a desarrollar una identidad fuerte y auténtica en un mundo digital, es importante fomentar hábitos saludables y promover tiempos de reflexión y conexión emocional.
Reflexión final
El libro Sin Relato de Lola López Mondéjar nos invita a reflexionar sobre cómo la tecnología está afectando nuestra capacidad para contar nuestras propias historias y mantener una identidad coherente. Al no poder expresar sus pensamientos ni conectar sus sentimientos con sus experiencias, los jóvenes desarrollan una "individualidad sin sujeto", superficial y anclada a las expectativas sociales.
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